Odio el silencio de las palabras.
No me gusta que la gente calle sin más.
No entiendo porque lo hacen.
A mí no me gusta dejar las cosas suspendidas en el aire,
esperando que el viento se las lleve.
Y no, no se las lleva, se quedan ahí suspendidas para
siempre.
Las palabras no dichas, y las cosas no resueltas, siempre
dejan un mal recuerdo.
2 comentarios:
También soy de los que les gusta que todo quede claro, al menos todo lo posible. Pero es cierto que no puede esperarse que todos actúen de la misma forma. No necesariamente decir todo es lo que está bien. De hecho nadie dice todo lo que piensa. En todo caso son distintos grados de sinceridad. La sinceridad absoluta es suicida. Y cada uno es lo sincero que puede. El silencio es dolorosos, coincido. Pero la verdad puede serlo más.
Besos
Me dejas pensando...
La sinceridad absoluta es suicida...
Pero la verdad puede serlo más...
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